Con la lactancia en verano me surge siempre un pequeño inconveniente: tener el bañador algo húmedo y que el bebé pida teta. Suelo cambiarme de bañador en la piscina pero no siempre es posible o no siempre en el momento adecuado.
El verano pasado, en nuestro lugar de vacaciones, vi a una conocida que llevaba un invento genial: un vestido con tela de rizo. Era un vestido precioso, sencillo, en color blanco. Y en contra de lo que se pudiese pensar, era un vestido 'sexy' (el diseño sentaba bien). Me quedé con la idea y con el reto de hacer algo igual.
Me he enamorado del patrón '
Shirt oder kleid' que ya visteis
aquí (y que creo que seguiréis viendo el resto del verano, porque tengo varios proyectos entre manos). Pensé que como base era ideal y solo necesitaba unas pequeñas adaptaciones. ¡Manos a la obra!
La primera adaptación fue la espalda: prescindir del patrón trasero y sustituirlo por una pieza mucho más bajita a la que hacer un dobladillo que encierra una cinta elástica. La solución perfecta para que la espalda quede abierta pero sujeta.
La segunda adaptación fueron los tirantes: Lo hice anudado al cuello. Sacar una única pieza con los extremos largos para abrochar exigía un derroche de tela inviable. Opté por hacerlo en dos partes. Los delanteros sueltos y a estos debía añadir unos extremos más largos. ¿Cómo juntarlo? Le di vueltas y el resultado fue: ¡una argollita de crochet! Podría haber sido madera... metal (¡¡no!! que si da el sol me quemo). El crochet me pareció una idea muy orgánica y como encontré el color exacto, el resultado no pudo ser más armonioso.
Y con estas cositas, terminé mi vestido y tengo que reconocer que me encanta. Es lo que quería.
¿Sabéis esa sensación de lograr exactamente lo que quieres?
Pues así de contenta me voy a la piscina (y más adelante, espero, a la playa). Un paseíto ahora por la
RUMS a ver si me llevo más ideas para el veranito. De momento, de la pasada edición, ya me llevo la necesidad de una
falda UDA porque os están quedando preciosas. A ver si puedo hacer la mía.